lunes, 16 de julio de 2012

LEJANÍAS

Y la distancia del abrazo se prolongó.
Ahora no queda encuentro real.
Nos fuimos acercando sin romper la distancia.
Qué lejanía queda entre nuestras pieles.
Qué lejanía aumenta entre los sentires.
Qué lejanía marca nuestros pensamientos.
Ahora queda la distancia mayor,
el abismo infranqueable para el espíritu.
Una angustia, que huele a lejana melancolía,
dice que, posiblemente, alguna vez nos rozamos.
El Tiempo omite interferir si hay unión.
El Espacio nos juega la treta.
La carne y los nervios son presos de la ignorancia.
La mente, como fantasía, nos regala un sueño.
Nosotros nos prometemos las hojas de otoño
de un apretón de mano, de una mirada,
de una caricia, de un beso, de un orgasmo.
Pero nunca podremos acariciarnos sin distancias.

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