miércoles, 18 de julio de 2012

R.I.E.

Como la arena que pasa de un desierto a otro.
Y el cristal, en secreto, la acompaña a cada segundo.
Ese paso que cuidaba el pasar,
hoy pierde la medida de su actuar.
Los árboles cansados de la inquietud,
ya buscan el otoño que lleve sus hojas.
Ahora, el frío de madrugada,
les permite fortalecerse al cauce del cristal.

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