sábado, 18 de septiembre de 2010

Respuestas

Él, aquel día, tuvo una duda. Esta duda fue apoderándose de la vida de él. Éste dejo de vivir y comenzó a buscar su respuesta, se pasó muchos años buscándola en libros, en los ancianos del mundo, en los niños y los adultos, en las religiones y en las sectas, y en tantos otros discursos que inventan los humanos para responderse sus temores. Este esfuerzo culminó esa mañana en el que él despertó y se dio cuenta que ya no se acordaba de esa duda. Desde entonces, comenzó a vivir nuevamente.

domingo, 20 de junio de 2010

Comedia a la catarsis

En el penúltimo capítulo de un bello libro de Leopoldo Marechal, encontré al final de un párrafo este fragmento:

“Ciertamente, un espectador <<ilusionado>> (vale decir metido a fondo en la ilusión de lo que se imita o representa en el escenario) no deja de compadecer a los agonistas del drama; y ha de compadecerlos en el sentido literal de <<padecer con>> que tiene dicha palabra. Y el padecer con el agonista, el espectador está realizando en sí mismo de algún modo las experiencias trágicas del actor. Con lo cual, al aclarársele ahora la conciencia de su <<posibilidad trágica>>, el espectador siente a la vez el <<riesgo>> de que su drama posible abandone la mera <<potencialidad>> y se resuelva en <<acto>>. Y esa conciencia de su posibilidad y riesgo trágicos es la que lo lleva entonces la <<terror>>. La <<catarsis>> aparecería luego como un fruto de su experiencia trágica: el significado moral de una <<purga>> que se le da generalmente nos haría entender que nuestros espectador, mediante dicha experiencia, << se ha curado en salud>> del riesgo de las pasiones.” (Marechal, Leopoldo, “Cuaderno de navegación”, Seix Barral, Bs. As., 2008, pág. 144).

miércoles, 26 de mayo de 2010

Cuando la ciencia falla, ¿el arte es una posibilidad?

¿Existe la posibilidad de una propuesta filosófica a la vida práctica?
En definitiva no es la incorporación de nuevas teorías, sólo es la posibilidad de pensar y que pensemos que posibilidades hay de ver y hacer filosofía en la vida cotidiana y especialmente retribuir su posibilidad de diálogo entre personas, característica tan olvidada de la sociedad actual.
La posibilidad de una "Práxis filosófica", por asignarle un nombre, es una idea para pensar. Lo que debe evitarse es buscar esta como una alternativa de las prácticas científicas, sino que debe referirse como un complemento. Cuando las pastillas, intervenciones médicas y/o las sesiones terapéuticas fallan, ¿no podemos pensar en una práxis filosófica?
El estado de angustia genera malestares que pueden llevar a repercusiones negativas en la vida cotidiana del sujeto. Pero, ¿qué es lo que se busca de dialogar y razonar? La posible respuesta a dicha pregunta podría comenzar a responderse con lo que plantea K. Jaspers en su libro "Psicologia delle visioni del mondo" como situaciones limites. Estas son todas las cuestiones que afectan o nos llevan a contemplar las situaciones más profundas de nuestra existencia, por ejemplo nuesta finitud, muerte, culpa, etc. Siendo estas generadoras de malestar en el sujeto.
Pero ha este punto es cuando queda le signo de interrogante abierto a un compromiso de pensar, junto con el ya mencionado autor que nos da un punto de partida, la cuestión de: "che cosa è che determina che le situazioni limite si presentino o no?" (¿qué cosa y qué determina que la situación límite se presente o no?)

jueves, 25 de febrero de 2010

Hugo Diaz I

Un gran video clip

Felicitaciones al que se tomo el tiempo y el laburo de hacerlo.

Video – Desde la postura, de Las pastillas del abuelo

Ensayos de la vida I

Una de las cuestiones que me ha estado rondando en el pensamiento en los últimos días consiste en poder ver una cierta estructura o ciclo, mejor dicho, que se cumple en algunas personas.

Normalmente cuando un sujeto termina su descanso prolongado, es decir, abandona los brazos de Morfeo, se activa su consciente en una estructuración de pensamiento práctico. Esto se puede deber a la urgencia de re-insertar al sujeto en el mundo denominado realidad. Pero a lo largo del día el sujeto va tornando su funcionamiento psíquico a un razonamiento más bien teórico.

¿A qué se puede deber este proceso? Creo yo, lo cual es muy cuestionable, se debe al hecho mismo del sujeto que vive. Lo que quiero manifestar con esto es que el sujeto al largo de sus actividades cotidianas va acumulando experiencias y vivencias, que en cuanto el sujeto tenga un momento de reflexión brotan a flor de piel, por así denominarlo. Y es justamente esta operación la que lo lleva a este proceso cíclico de ir rotando del pensamiento práctico hacia el teórico. Pero ¿porqué cíclico y no continuo?

Su naturaleza es de tipo cíclica dado que existe un corte en el pensamiento racional de la “realidad”, este es el sueño. En el cual, por más que se deba también a un proceso racional, aunque no lógico, genera un alto en las hilvanaciones de ideas y resuelve las que quedaban inconclusas durante el día, mediante su principio de cumplimiento de deseo, según la teoría psicoanalítica freudiana. Esto consiste en cuanto a que el sujeto, en tanto que, se haya planteado una problemática en forma sería, es decir se haya comprometido esencial, o más bien, ontológicamente con dicho planteo, si no se logro la resolución del mismo durante el periodo de consciencia activa, cuando se encuentra en reposo o en estado de consciencia pasiva el inconsciente lo resuelve. Pero esto no es tema de este ensayo, así que lo dejo para otro día.

Este proceso cíclico que percibo en la rutina cotidiana, también se puede estar viendo en forma análoga, en cierto sentido, en la completitud de la vida del sujeto. Esto es, cuando se es niño, se utiliza la razón práctica intuitiva para poder conocer el mundo. A través que transcurren los años el sujeto comienza a racionalizar esta razón práctica. Y en la edad adulta el sujeto centra el raciocinio en el pensamiento teórico.