martes, 24 de enero de 2012

Decires

De a poco  vamos comprendiendo el juego de leer-armar la realidad. Luego de muchos años de caminar, comer, hablar, mirar y observar, asombrarnos, pensar; comenzamos a comprender lo que somos y lo que no-somos, o que somos de otra manera. No quedan espacios que la curiosidad no intente llenar, o vaciar. Vamos viendo como la vida fluye indiferente y el hacerla diferente es cuestión de asumirla y jugar con ella.
Juego. Sí, juego. Como aquél juego de niños que solía existir cuando el mundo virtual no nos absorbía, igual ahora se juega distinto -No seamos conservadores-. La verdad, como un niño embarrado comiendo tierra, no se contamina ni envenena; sino que son los ojos estructurados de los años los que confabulan con no dejar ver la realidad que les fue quitada por otros ojos estructurados. Perdimos ese espíritu nuestro, el de fundirnos con el mundo, la naturaleza, la physis de los griegos...
Algún libro dice, del polvo venimos y al polvo vamos... Tal vez, sólo sea una buena frase, pero no podemos negar y egolatrarnos de ser los seres superiores. En el fondo estamos hecho de lo mismo que nos rodea. ¿Porqué la razón, inteligencia, entendimiento, o como quieras llamarla, nos hace superiores? No seamos ingenuos, sólo traza una diferencia con otros seres vivos. Si tan superiores somos, cómo es que las mejores vivencias las tenemos cuando dejamos de lado la racionalidad. Alguno se atreverá a afirmar "son cosas del destino", demasiado estoico para mi gusto. Yo prefiero una vida que se sorprende ante lo que le toca vivir, una estrategia del momento para hacerla placentera y un juego de azar que explote tu potencial.
Vivir, sentir, estrategia y azar. No es un eslogan, es una síntesis de lo último. Porqué seguir buscando recetas de felicidad o de cómo se debe vivir la vida. Capaz sólo se trate de vivir en la incertidumbre de tener que estar un segundo después, o de no estarlo más; y ante la duda, vivir.
Algunas veces es tener grandes tormentos y soledades (bendita amante), en otros sentir la armonía kosmica que se escabulle por los rincones de los sentidos físicos e intelectuales. No existen descripciones, son vivencias personales. Luego podemos articularlas con palabras, pero no podemos transmitir lo vivido. Ahora que lo pienso, tal vez una posibilidad sea eso llamado "lenguaje corporal", pero no cuando lo tomas como un juego de interpretación, sino cuando tus sentidos los perciben y te lo hacen sentir.
Hay expresiones que se dan en un segundo, y quedamos plenamente siendo los que somos. Eso que algunos llaman "pequeña muerte" o "la primavera que dura un segundo" (parafraseando al gran J. Sabina).